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Psicodinamia del envejecimiento (página 2)




Enviado por jose cukier



Partes: 1, 2

El concepto, como un pájaro revolotea por la
fronda del psicoaná-lsis de una figura a otra. Recala en
todas las problemáticas, su materia se
dispersa y se va transformando, sostenido por la idea del
tiempo.

El envejecimiento desde la perspectiva
temporal.-

Sendero del antes y el después; la actualidad
y el recuerdo; el recuerdo y el olvido; los espacios
dentro-fuera; la certeza y la duda.

*Consideraciones previas acerca del tiempo desde
la perspectiva psicoanalítica. Algunas citas
Freudianas.

El tema de la temporalidad tuvo múltiples
alusiones en Freud.La
relación entre filo y ontogeniala teoría
de la fijación pulsio-nalla regresión
pulsional y del yola vinculación entre
repeti-ción y recuerdola temporalidad inferida en
la construcción,las fases de la
evolución libidinalla
estratificación sucesiva de las huellas mnémicas,
(Carta del 6 de
Diciembre de 1896 a Fliess; donde le habla de la
estratificación de los rastros mnémicos, que
experimentan un reordenamiento como una forma de
transcripción)la articulación en la
fantasía entre pasado, presente y futuro "[…] el
[…] carácter temporal es sin duda escencial
para el distingo entre la actividad en lo preconciente y en lo
incon-ciente (1895c, 1897, manuscrito M)-La articulación
de las huellas mnémicas por simultaneidad (pasividad y
actividad), analogía y causalidad, (1900a). El criterio de
simultaneidad implica, no so-lo un enlace de huellas
mnémicas, sino una forma de tramitar la necesidad urgente
de descarga pulsional, (1901b);(1914c)-La cua-lidad de lo
transitorio, que tiene su valor en el
agotamiento para siempre de la belleza del humano rostro en el
tiempo, (1916a)-En "El Yo y el ello", (1923b), asumía que
Eros, por opo-sición a la pulsión de muerte tiene
por fin complicar la vidaEn "Nota sobre la pizarra
mágica", (1925a), supone que el funcio-namiento
discontinuo de la percepción
constituye la base de la idea del tiempo, (1933a, conf. 31). La
discontinuidad es funda-mental en la producción anímica del tiempo, y
deviene del movimiento
pulsional de investidura periódica y la desinvestidura
posterior.

Con la investidura surge la conciencia,
Freud, (1895) y la
concienciadesaparece,cuandolainvestiduraseinterrumpe.
Dinámicamente, entonces, el flujo, y reflujo libidinal,
que genera la discontinuidad, necesita de dos lugares diferentes
como requisito. A su vez este movimiento, es resultado de la
tensión devenidadela relacionesintercelulares.

En fin que la complejización estructural preserva
a la célula
de la muerte
tóxica en sus propias deyecciones, (1920g) y conlleva la
complejidad, que deriva en tensión, que deriva en flujo,
que deriva en ciclo, que marca el tiempo.
Es comandado por Eros en oposición a la monotonía
que manda Thanatos.

En la conciencia hay un doble registro, el
pulsional como afecto; y el registro mundano como
impresión sensorial. En la constitu-ción
intrapsíquica del tiempo, es importante no sólo la
captación de las diferencias sino la velocidad. La
velocidad y
sus diferencias genera el pasaje de la lógica
de la simultaneidad, a la analogía donde impera la
palabra, y con lo cual cada erogenei-dad tiene su especificidad.
La velocidad incluye el concepto de
duración que es producida por la complejización de
distintas velocidades (afectivas y sensoriales), y la velocidad
sensorial sesignificadesdela afectiva.

Desde la perspectiva temporal, el envejecimiento puede
ser enten-dido como la progresiva instauración del
borramiento entre un sistema de
representaciones y otro sistema por venir. El lugar de integración del saber y la constitución de la historia; el instante de
síntesis del pasado con un proyecto que va
dejando de ser tal, por obra de un pensamiento
fundado en la historia.

El yo que envejece registra e intenta armonizar la
idea de lo probable con el sentimiento de
posibilidad, lo fortuito que gene-ra sorpresa con el
acontecimiento pasado. A cada instante éste pasado sufre
reorganizaciones que dan por terminadas las ideas de verdad. La
reorganización consiguiente se manifiesta como una
revelación, un dato nuevo que asegura, o no, una
más acabada significación. La toma de conciencia
posterior exige una reelaboración que conduce a una puesta
al día. Así visto, el envejecimien-to es,
paradojalmente una actualización progresiva e
incierta.

Mitos, religiones, escrituras,
huellas infantiles, suelen cobrar actualidad con el envejecer y
dirigen la relación del yo con sus ascendientes y
descendientes.

Los vínculos con el mundo se van procesando
según el sentimiento oceánico, Freud, (1930a). Con
una sensación de "ser-uno-con-el-todo", semejante a una
fase temprana del sentimiento yoico, del restablecimiento del
narcisismo ilimitado.

El aparato mental dispone de experiencias potenciales,
Breuer y Freud, (1895), que el envejecimiento, creatividad y
modulación de las cargas mediante, (1933a,
conf.31) está en condiciones de revelar. La
representación coexiste con un fin, y entraña la
ne-cesidad de conjugar incertidumbres; éstas son las
responsables de la capacidad potencial. Representación,
anticipación y juicio equivalena la represión de
las representaciones,(1925h).

El índice de realidad que distingue
percepción de representación, se conquista con la
maduración del aparato.

La vigencia del envejecimiento garantiza la atención y el poder de
anticipación. Ambos a su vez mantienen la continuidad del
enejecimientoque,a la vez de conformarla categoría
actualidad/

recuerdo, va constituyendo la diferenciación
espacial afuera/a-dentro, referencia sustancial de la vida
psíquica.

El aparato psíquico se despliega y vive en el
espacio a través del ritmo temporal generado por los
encuentros. El paso del tiempo es marcado por las pequeñas
ausencias, separaciones, pérdidas y duelos que dan vida a
la interioridad. Este es un con-cepto estructural y
dinámico, en el cual el tiempo vivido, senti-do, da
realidad al sentir.

El errar aprendiendo y aceptando el paso del tiempo;
ligando y vertebrando transitar y ausencia, forma parte de la
aventura del envejecimiento.

La mudanza de la incertidumbre a la verdad y su inversa,
se constituyen sobre los ejes de la relación
placer-displacer, incertidumbre-verdad, apoyados en el tiempo que
les va dando materialización. Recordemos la "Carta a
Romain Rolland… Freud, (1936a); "[…] Una se comportó
como si […] se viera obligada a creer en algo cuya realidad le
parecía incierta […] y ahora ya no le
asombrará a usted que le recuerdo de la vivencia en la
Acrópolis me frecuentara desde que anciano yo mismo
[…]", p. 214, 221, (my italics). Por la vía del
recuerdo, el texto habla de
la relación de Freud con la duda. Esta se debe a la
incertidumbre que su realidad cultural le posibilitaba.
Luego, cuando viaja, a Grecia la
experiencia le permite verificar aquello que la cultura
enseña y asi reducir la eventualidad.

Lo que antes era proyecto, pensamiento, es legalizado
por el envejecimiento que le permite la verificación a
través de la experiencia. Luego, viejo, ya no puede
viajar y certificar lo que la cultura enseña.

En "Nota sobre la 'pizarra mágica'", (1925a),
Freud genera la impresión de un correlato muy preciso de
la imagen con su
objeto aunque aclara que "[…] la pizarra mágica no puede
"reproducir" desde adentro lo escrito […]", p.246.

Según este modelo las
dificultades de la memoria
serían la consecuencia de una falla material (que puede
serla). Pero no contempla los trastornos mnémicos
frecuentes en el envejeci-miento, producto de la
distribución de la
atención.

La atención se constituye cuando no hay
concordancia entre las cargas pulsionales del deseo y las
percepciones, Freud, (1950a [1887-1902]).

La memoria que
envejece sufre alteraciones que el concepto de
paraexitación podría dar cuenta. El aparato
distribuiría la atención fragmentariamente de
manera secuencial, con la finali-dad de evitar sobrecargas, en
una distribución cuyo origen permanece
desconocido.

El envejecimieno desde la perspectiva de su
vinculación con las fuentes
pulsionales.

Otro de los caminos a trabajar en la
metapsicología del envejecimiento, se relaciona con las
transformaciones en el ello, que es el sustrato mismo de lo que
sucede en el psiquismo.

El sujeto es regido por el destino de su libido, y el
envejecer afecta la aptitud para usufructuar su traducción psíquica. La
modificación pulsional está ligada a cambios en las
fuentes, Freud, (1915c), unida a cambios químicos, que
junto con las tramitaciones orgánicas y de vínculo
con el medio, van dejando marca.

Heinz Kohut, (1969, T. XXVl, N2, p.398.), nos dice que;
"[…] el control final del
jinete sobre su montura, quizás haya contado con la ayuda
decisiva de que también el caballo ha envejecido […], en
lo relativo a los poderes supremos de la naturaleza,
todos somos 'jinetes domingueros', […]". Se refiere a lo dicho
por Freud, (1923b), donde el compara al Yo en su relación
con el Ello como al jinete que rije y refrena la fuerza de su
cabalgadura superior a la suya, y que, al igual que el jinete, se
ve obligado alguna vez a dejarse conducir a donde su cabalgadura
quiere.

Hay dos tipos de cambio en las
fuentes pulsionales:

I. Causas preparadas
filogenéticamente.

I.a.Causas de la especie.

Freud, (1905d) sostiene (refiriéndose a los
factores temporales) que "[…] la génesis de ésta
propiedad
humana habría que buscar-la en la historia primordial de
la especie […]", y agrega que "[…] La secuencia en que son
activadas las diversas mociones pulsionales […] parece
filogenéticamente establecidas […] Ni siquiera podemos
indicar la procedencia de esas complicaciones temporales de los
procesos de
desarrollo
[…]", p. 241.

La pulsión genital deja de tener
hegemonía. Suele sufrir una caída que no afecta la
posibilidad de crear, ésta se mantiene y aún puede
ser convocada. Otras pueden tomar importancia (por ejemplo la
ambición).

I.b. Factores hereditarios.

En estos factores tiene influencia la herencia familiar
(no de la especie). En cuanto a la herencia cultural, o
"razón de la humanidad", Freud, (1918b), queda el
interrogante si en ésta no par-ticipa la eficacia del
instinto, es decir de una predeterminación
congénita.

II. Causas vinculadas con el contexto.

II.a. Aspectos generales. Para éstas
causas voy a citar una defensa escasamente desarrollada por
Freud. Me refiero a la defensa inmunitaria. Alude a la misma en
las "Conferencias…. (1916-17, conf.24), y dice que "[…] por
su propiedad de influir sobre todos los sistemas de
órgano y todas las funciones, las
neurosis actuales
testimonian una inequívoca semejanza con los estados
patógenos generados por la influencia crónica de
materias tóxicas extrañas y por el brusco retiro de
ellas
[…]", p. 353, (my italics). Con el correr de los
años ("influencia y brusco retiro"), se intensifica una
falencia de lo que actualmente llamamos sistema inmunitario.
Defectos en éste para destruir fragmentos tóxicos
generados por el propio organismo. Refiriéndose a la
enfermedad de Basedow Freud señala que en ésta, la
acción
es debida a materias tóxicas, pero no a unas toxinas
que se introducirían en el cuerpo como agentes
extraños, sino que son engendrados por su propio metabolismo. Freud sostiene que en la
enfermedad de Basedow, a diferencia de las neurosis actuales, hay
exceso de toxinas químicas no sexuales. Posiblemente
éstas, estarían ligadas a los trastornos
inmunitarios y de autoconservación. En "Más
allá del principio del placer", (1920g), sostiene que
tenemos que aceptar que todo lo viviente, muere por fundamentos
internos. Los productos del
propio metabolismo poseen éste efecto conducente a la
muerte y el organismo sucumbe por muerte natural. Esta es
producida por insuficiente alejamiento de los productos de su
propio metabolismo.

En el artículo "Sobre psicoterapia",
(1905a [1904]), dice que las personas que se acercan a la
cincuentena, o la sobrepasan suelen carecer de la
plasticidad de los procesos anímicos. No
están en condiciones de "ser educados" y por otra parte
también, porque el material que debería
reelaborarse, prolongaría indefinidamente el tratamiento.
Este concepto es el que se conoce como perelabo-ración,
que implica un cambio de significación, y no
sólo movilización de cargas. Pero éste
concepto que podríamos llamar de acumulación de
material que confiere poca plasticidad, como si se esclerosara, o
de viscosidad libidinal, permite entender que es
envejecer. Envejecer se vincula con la acumulación de
material en la línea de marcas
erógenas dificiles de procesar, particularamnete de
cicatrices originadas en heridas narcisistas. La viscosidad de la
libido (1905d, p.221-2; 1915f, p.259; 1916-17, p.310; 1918b,
p.105;; 1937c, p.243; 1926d. p.149-50; 1930a, p.105.; 1940a,
p.182;) designa un carácter pegajoso, pastoso, adhesivo
(Haftbarkeit), con capacidad de fijación (Fahhigkeit zu
fixierung), inerte (Tragkeit).

Freud, (1920g), sostiene que la pérdida del
amor y el
fracaso dejan como secuela una cicatriz narcisista, que es el
más poderoso aporte al frecuentemente "sentimiento de
inferioridad".

Las pulsiones de autoconservación, imponen el
camino de ir obedeciendo de una manera particular, a la tendencia
al retorno a lo inorgánico. El camino de este retorno, es
el camino de lo tóxico, por la imperfecta
eliminación de las sustancias nocivas que se
acentúa con el tiempo.

De todas maneras, éstas discusiones sobre los
mecanismos de envejecimiento, son los conceptos actualmente
disponibles pero no darían aún "explicación"
cierta sobre el envejecimiento.

II.b. El problema de la éstasis de
autoconservación.

La éstasis de la pulsión de
autoconservación es resultado de la faltade procesamiento
motrizypsíquicodelamisma.

El procesamiento motriz tiene lugar con la acción
específica, y el procesamiento psíquico con el
juicio de atribución, el de existencia o el juicio que
diferencia interno de externo.

Freud, (1926d), establece una relación entre el
dolor orgánico y la éstasis. A raíz del
dolor corporal se genera una investidura narcisista elevada del
lugar doliente del cuerpo. Esa investidu-ra aumenta cada vez
más y ejerce sobre el yo un efecto de vaciamiento. El paso
siguiente y extremo, sería la inversión de la autoconservación.
Freud, (1940a), sostiene que hay personas en quienes la
pulsión de autoconservación ha experimentado un
trastorno (la traducción más acertada podría
ser inversión), y parecen no perseguir otra cosa que
dañarse y destruirse a sí mismos. El dolor, es
entendido por Freud en términos cuantitativos; grandes
magnitudes de exitación irrumpen en el aparato
psíquico. Cuando la cantidad, supera la posibilidad de
ligadura, queda abolida la conciencia. Para que surja vivencia de
dolor, la tensión irrumpiente debe ser soportable.
Ciertamente que gritar, implica una tendencia expulsiva, pero el
dolor es anterior, y la libido narcisista se desprende en un
esfuerzo por realizar una contrainvestidura, que se da
automáticamente y conduce a un empobreci-miento pulsional
global. Freud sustituye el concepto de "descarga interna" por el
de "hemorragia interna" que alude a un estado de
pasividad, y de inermidad del yo real primitivo. La
energía de reserva que se pierde, es energía del yo
destinada a la realización de acciones
específicas.

Las perturbaciones en las pulsiones de
autoconservación derivan de una tentativa de defensa ante
una herida narcisista.

Merced a la hemorragia de autoconservación, la
capacidad desin-toxicante y trófica va siendo desgastada
por el dolor.

Freud, (1926d), dice que en la infancia son
característicos el desvalimiento motor y
psíquico. Ante la situación traumática,
frente a la cual uno está desvalido, conciden el peligro
externo y el interno. Acá se liga desvalimiento con
situación traumática, sea que el yo vivencie en un
caso un dolor que no cesa, o en otro una éstasis de
necesidad que no puede hallar satisfacción. La
situación económica es, en ambos, la misma. El
desvalimiento motor encuentra su expresión en el
desvalimiento psíquico.

Resumiendo: la vida provee situaciones
traumáticas que producen dolor, que llevan a la
éstasis de autoconservación. Con ello, y al mermar
la posibilidad desintoxicante, se constituye en otro factor
más de envejecimiento. Envejecimiento entendido como la
crescencia de residuos cada vez más dificiles de procesar,
que alteran la ecología
intracorporal.

Secundariamente la libido sufre alteración en su
tramitación y surge el desvalimiento psíquico. No
hay investimiento de nuevos proyectos,
alternativas para la identificación, el goce en el amor y en
el
trabajo.

Algunas pocas palabras acerca del dolor psíquico,
que en éste período tiene una peculiaridad. Se
expresa como la disminución del sentimiento de
sí.

El dolor psíquico requiere previamente una
investidura de nostalgia de un objeto que no coincide con el
registro perceptual. Esta ausencia, se constituye como una herida
para la libido narcisista. Hay un aumento de tensión
libidinal, que inviste el lugar del registro de la ausencia, y
por cuya herida se pierde tensión. Se genera una especie
de recogimiento, Freud, (1887, Manuscrito G), debido a una
hemorragia interna. Esta pérdida puede predisponer a la
enfermedad psicosomática, -tan comunes en el
envejecimiento- por pérdida de autoconservación con
vaciamiento yoico y con ello se pierde la capacidad de
desintoxi-cación, coadyuvando como otro factor más
de envejecimiento.

El envejecimiento desde la perspectiva
tópica.

Se le preguntó a Sófocles si la edad le
permitía aún disfrutar de los placeres del amor, y
Sófocles respondió, "[…] has de saber que todos
los días hallo nuevos encantos en la conversación a
medida que los placeres del cuerpo disminuyen y me abandonan
[…]". (diálogos entre Céfalo y Sócrates.
Platón,
República l). La libido despliega un movimiento
signado por la creación de agregados de
complejización creciente que Thanatos desorganiza. Lo
singular de una fase del desarrollo no es solo la investidura de
una zona, sino también el despliegue de una organización mental. La
estructuración del psiquismo tiene, clásicamente,
su colofón en la genitalidad. Culminaría con la
carga pulsional de la función
genital y la elección de objetos no narcisistas. Quiere la
teoría clásica que más allá de
ésta organización pulsional no exista otra que
ofrezca apoyatura en un salto progresivo. La vida psíquica
se construye con una progresiva apertura hacia los otros. Para
ello la genitalidad ofrece un apuntalamiento
privilegiado.

No obstante, la alteridad así descubierta, se
continúa más allá de la genitalidad con el
intercambio de palabras que van anudando relaciones distintas.
Así como la estructuración mental se apuntala en
relación con el cuerpo y sus funciones, las
representaciones mentales creadas y catectizadas en el curso de
la mentalización, con capacidad de dar apoyatura y
producir efectos específicos, es por lo menos
concebible.
Sustenta la posibilidad de una fase más
allá de la genital, ¿la postgenital?, que
deviene con el envejecimiento; Paul-Laurent Assoun, (1983), p.
172.

Sin embargo, ocasionalmente, de manera coincidente,
excluyente o alternativa, se produce con el paso del tiempo una
fragmentación de la erogeneidad global del
cuerpo.

Algunas zonas se hacen más erógenas que
otras hasta adquirir una primacía parcial por sobre el
resto, por ejemplo la prevalencia oral puede anular otras
satisfacciones libidinales posibles.

En la carta del 16
de Diciembre de 1917 a Fliess, Freud que tenía 61
años y nueve meses, le dice; "[…] de hecho no hay nada
extraño en que un hombre de mi
edad note la inevitable decadencia gradual de mi persona […]
trabajo
espléndidamente todo el día […] y apenas puedo
controlar mi apetito, pero ya no gozo del sueño
como solía […]", (my italics). (Schur. op.cit.
p.469).

La caída progresiva de la pulsión genital
que reagrupaba las pulsiones parciales, determina que
éstas recobren su autonomía apuntaladas por la
pulsión de autoconservación y una parte del
narcisismo. Presenciamos una verdadera desunión de las
pulsiones y por tal motivo es que la exitación
somática -no sexual- es pasible de hipertrofiarse, Freud,
(1895b, 1910c).

El psiquismo luego de cierto umbral va a encontrarse
desbordado y en estado de insuficiencia relativa. En la mujer cerca de
la menopausia, Freud, (1937c) el "[…] domeñamiento de la
pulsiones […] fracasa y se llega a refuerzos pulsionales en
virtud de influjos colaterales recíprocos de las
pulsiones. El resultado es que se evidencia "[…] el poder
incontrastable del factor cuantitativo […]", p. 229.

En el "Esquema…, Freud, (1940a), sostiene que "[…]
este proceso no
siempre se consuma de manera impecable […] han preexistido
fijaciones de la libido a estados de fases más tempranas,
cuya aspiración independiete de la meta sexual
normal, es designada perversión […]", p. 153.
Estamos en el capítulo de las perversiones
seniles.

La tarea de la libido es volver inocua la pulsión
destructora y la desempeña desviándola hacia
afuera, "[…]. Recibe entonces el nombre de pulsión de
destrucción, pulsión de apoderamiento, voluntad de
poder […]", Freud, (1924c), p. 169. Ninguna otra técnica
de conducción de la vida liga al individuo
tanto a la realidad como la insistencia en el trabajo, Freud,
(1911c, 1930a). Cuando el contexto social va impidiendo la
tramitación de la violencia
mediante la inserción laboral, y
éste no deviene de una forma genuina de tramitación
pulsional, la imposibilidad de ligar la pulsión deviene en
degradación y retorno al sadomasoquismo
intrasomático. Este es un determinante capital en el
envejecimiento. "[…] Si se me consiente alguna
imprecisión, puede decirse que la pulsión de muerte
actuante en el interior del organismo -el sadismo primordial- es
idéntica al masoquismo […]", Freud, (1924c), p. 170.
Cuando el sadomasoquismo es intracorporal surgen los diferentes
caminos del enfermar originados en la menor ligadura posible de
la pulsión de muerte.

La mayor o menor capacidad para el procesamiento de la
pulsión, se vincula con los distintos elementos que
participan en el envejecer personal
(filogenia, familia, herencia
y factores individuales). Dentro de los últimos interesa
la forma de tramitar los traumas, Freud, (1892), "[…] Los
traumas psíquicos […] desempeñan un gran papel en
el desarrollo de la afección […]", p. 174.

Thanatos, como fuerza que se suma a Eros se va
diferenciando.

La agresividad, diferente de la destructividad porque
incluye la idea de cercanía y comunicación, da paso a la destructividad,
que es antisocial y no presta fuerza.

La incipiente defusión que se va instalando acaba
por hacerse completa, pulsiones de vida y muerte se separan. El
fin se prea-nuncia con una suerte de "agonía libidinal",
M. Dacher y M. Weinstein, (1979).

Ciertamente que la observación corriente de la economía
psíquica subraya una retracción libidinal de los
objetos, con pérdida de interés
por el mundo y movilización sobre el Yo y el
cuerpo.

Pero cabría plantearse si tal agotamiento no es
solo aparente. Es decir, no es que se trata de una
cantidad estática que nos es dada, sino un producto
renovable en los redes de intercambios
(apegos) que plantea la vida.

La posibilidad de intercambios tiene una vulnerabilidad
depen-diente de las series complementarias de cada quién y
de las servidumbres del yo. Es tentador y explicativo sustentar
que el debilitamiento psíquico sigue el camino de lo
somático. Pierde la capacidad de sistema abierto y reduce
sus intercambios, se cierra y se destruye en un autoconsumo de
recursos
internos; a partir de éste momento necesariamente
agotables, Freud, (1916-17, 1920g). Pero si pensamos que somos
escencialmente deseantes y anhelantes, Freud, (1910c), la
reducción de los intercambios no es de orden
económico sino de sentido. Entonces la decadencia
de los intercambios en el envejecimiento no es una necesidad; en
todo caso la estructura subyacente va a regir la forma del
esquema de intercambio con los objetos.

La única necesidad es la de la muerte.

Resumiendo. El envejecimiento es un proceso que
se despliega en el devenir temporal.

Modifica las condiciones intrínsecas y la
funcionalidad de todo cuanto existe. En los seres vivos culmina
con la muerte y tiene modalidades genéricas que son las
siguientes: universalidad, progresión, causalidad
intrínseca, deterioro.

Es el trayecto, en un sendero, en un espacio de
mutación de las identificaciones en el que se fusionan la
leyenda, la ilusión, la magia y la lógica con hitos
de olvidos y recuerdos.

Camino que con el tiempo lleva de la duda, la angustia y
lo inesperado a la certeza y la prudencia. Camino en el que se va
diluyendo el emprendimiento pero no el desear. Camino de duelo
por los objetos y el cuerpo, por el narcisismo envuelto de su
omnipotenciainfantil.

Del duelo que esperamos que otros hagan cuando la muerte
venga a clausurar el destino.

Es una prueba irrefutable de realidad para todo
sujeto.

Es un trabajo que se realiza sobre un objeto, ni interno
ni externo, entre lo subjetivo y lo social, ¿transicional?
(próximo a él pero sin movilidad, maleabilidad, ni
capacidad de desaparecer del psiquismo sin huella).

Carga libidinal que se elabora, perelabora y progresa, y
a medida que se acerca al término ese objeto del envejecer
se reduce y se arruga. Luego de soportar la vida.

Devenir de itinerario azaroso con presencias y
ausencias, entre el narcisismo y la alteridad, el placer y el
dolor, el mundo de la vigilia y el mundo del dormir y el
soñar.

Aceptando la idea de un "cuerpo sexuado y un cuerpo
tumba", (S. Resnik, (1991), con sus confines, y asumiendo los
límites
del espacio vital. Adquiriendo un espacio interior con
profundidad y volumen que
albergue la capacidad de pensar, ilusionar, soñar, crear,
extraviarse, reflexionar con emoción y
luminosidad.

Epopeya dolorosa y fascinante.

Clínica del envejecimiento.
Clínicamente el término envejecimien-to ha de
distinguirse de senectud senescere (envejecer),
aspecto normal; senilidad -senilis-senex- (anciano),
aspecto patológico del mismo proceso.

La Organización Mundial de la Salud, determinó a
los 65 años como el momento de inciación de la
vejez, y
"envejecimiento" al período que comprende entre los 55 y
los 65 años.

Esta concepción artificial tiene sus variaciones
culturales, históricas, sociales e individuales. Es una
época de síntesis y creatividad, con realizaciones
sociales y personales, de produc-ción científica,
política,
intelectual, industrial o militar; con puestos de poder,
influencia y responsabilidad de decisión.

Suelen observarse un conjunto de rasgos que dan
singularidad a ésta etapa.

Algunas manifestaciones clínicas más
comunes y su justificación.

-Modificaciones del dormir. La fisiología, la clínica y la
gerontología, más las descripciones subjetivas de
pacientes, señalan una lenta disminución de la
cantidad de horas de dormir a medida que avanza la
edad.

Puede mantenerse la duración a expensas de la
profundidad, Auffret, M (1960); Clement y Bourliere. F, (1960).
Como hay una cierta fractura en el poder de la pulsión
genital de subsumir a las demás, la pulsión
parcial, va cobrando autonomía y eficacia. Al no ser
suficientemente procesada se convierte en intrusiva e
intoxicante. Puede expresarse como un fragmento psicótico,
por ejemplo un fragmento anal primario, como en la psicosis de
Schreber.

Las pulsiones parciales, debilmente sintetizadas, quedan
prestas a recobrar autonomía por razones
económicas. La pulsión parcial autónoma,
adquiere carácter tóxico y puede aparecer
proyectada en la exterioridad, volviendo como objeto amenazante.
Ante éste el yo se encuentra inerme y para defenderse debe
permanecer despierto, con violencia muda e impotente.

Como la pulsión es activa para el psiquismo y
este es pasivo, emerge del desvalimiento gracias a una actividad
perceptiva respecto del mundo, en la que participa un segmento
motriz, (1950a [1887-1902]). Así estamos en presencia
del insomnio. Freud, (1937c) dice que en la mujer cerca de la
menopausia, y en el hombre
desde mi punto de vista también, el domeñamiento de
las pulsiones fracasa, y se llega a refuerzos pulsionales en
virtud de "[…] influjos colaterales recíprocos de las
pulsiones, y que es incontrastable el poder del factor
cuantitativo en la causación de la
enfermedad […]", p.229.

Debo destacar, una natural, normal y sana
disminución del dormir ligada a una menor necesidad de
reajustar los "relojes biológi-cos" porque hay mejores
transacciones en la triple servidumbre del yo. Esto último
se desprende de lo dicho en "Más allá…",
(op.cit.), donde recuerda que en épocas de mayor madurez,
el imperio del principo del placer está mucho más
asegurado. Asimismo, el dormir puede ligarse a la muerte. Freud,
(1928b), decía que Dostojevsky solía dejar notitas
diciendo que temía dormirse de noche y caer en un estado
de muerte aparente.

Al penetrar en los niveles profundos del dormir, se
pierde el sentimiento de individualidad y con ello el yo tiene
sensación de peligro, el que es experimentado como
anticipación de la muerte. "[…] Sin embargo Eros,
permite el estado de
reposo, transformando el impulso de reposo en deseo placentero de
dormir, y ofrece como premio, el retorno al vientre materno,
[…]". L. G. Alvarez de Toledo, (1951, p. 153).

Con el insomnio queda interferido el proceso normal de
desintoxicación que produce el dormir. La
intoxicación devenida, crea tensión vital pero a
través de un síntoma, sustituyendo la vitalidad de
los procesos pulsionales por estímulos dolorosos
tensionantes que vienen del mundo. Tensión que es una
manera de defenderse del principio de inercia.

-La modificación subjetiva del pasaje del
tiempo.
"[…] El tiempo es la sustancia de la que estoy
hecho. El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el
río; es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre; es
un fuego que me consume, pero yo soy el fuego […]". Jorge Luis
Borges. "Nueva
refutación del tiempo".

En el envejecimiento la perspectiva del tiempo comienza
a ser tomada más en función de lo que falta por
vivir, que el que ha transcurrido desde el nacimiento. Surge la
conciencia de la finitud, marcada por el crecimiento de los hijos
y la muerte de los padres. ¿Porque la sensación
subjetiva de que el tiempo de vida pasa más rápido?
y contrariamente el tiempo cotidiano parece lento con
sentimientos de aceleración e impaciencia.

En este apartado intentaré dar respuesta
metapsicológica a estos interrogantes.

a) La caída de la energía de
reservas, es autopercibida y proyectada en el tiempo vital, y en
consecuencia hay "menos tiempo por delante para vivir".
Proyectada en el tiempo cotidiano surge el sentimiento de la
falta de tiempo diario.

b) La disminución de Eros, conlleva la
menor capacidad de ligar la pulsión, Thanatos cobra
preeminencia con aceleración de la descarga inmediata. La
urgencia de descarga proyectada en el tiempo genera la
sensación de que "el tiempo pasa más
rápido", y en el tiempo diario surge la sensación
de que "se me voló el día."

c) La caída de la pulsión genital,
se liga a la caída del placer que se articula con los
ritmos, Freud, (1905d). La aceleración de los ritmos,
produce el acortamiento de los ciclos, y la disminución
del espacio temporal entre éstos, proyectado en el tiempo
potencia el
sentimiento de que el "tiempo pasa más rápido". La
aceleración se vincula con la menor posibilidad de
sostener una erogeneidad sin descarga.

d) La autopercepción de la
aceleración, crea la sensación relativa de que las
cosas pasan más lentamente en relación al tiempo
propio, con sentimientos de impaciencia.

e) Con la caída de Eros, y la menor
capacidad de ligar la pulsión, ésta se acumula y
hay intoxicación la cual estimula la descarga, que
potencia la ya producida por la pérdida del
ritmo.

f) Las pulsiones sexuales son las que menos
urgencia tienen para descargarse, ésta falta de urgencia
es la mejor resistencia a la
pulsión de muerte. La pulsión de
autoconservación, tiene urgencia de descarga y esto
determina la menor resistencia a la pulsión de de
muerte.

-Creatividad y rasgos de carácter. En la
tercera posibilidad de organización que describe Freud,
(1940a), agrega que las investiduras libidinales "[…]
experimentan una aplicación diversa dentro del yo, forman
rasgos de carácter, padecen sublimaciones con
desplazamiento de meta […]", p.153, (my italics). Así
nos encontramos en el capítulo vinculado con la
aparición de los hobbies, o de otros intereses que fueron
desarrollados anteriormente durante la vida, y que van cobrando
valor diferente según el punto de fijación de que
se trate.

En cuanto a los rasgos de carácter, solo
diré que los conflictos con
la propia erogeneidad y con un superyó sádico
pueden culminar en una creciente caracteropatización.
Decía Freud, que se suele atribuir a los seres deformes o
contrahechos, un sentimiento de envidia por la diferencia
irreversible con los demás. La captación de una
diferencia insoportable, que comienza a insinuarse en éste
período, imposible de neutralizar por la desmentida, puede
devenir en rasgos conflictivos de caracter e
identificación con objetos decepsionantes. "A esta altura
de mi vida, soy así y que me aguanten",
expresión habitual que pretende evitar el desarrollo del
sentimiento de envidia nivelando por lo bajo. El rasgo de
carácter patológico se vuelve hegemónico y
para sostenerse se puede apelar a algún tipo de poder
económico, político o cognitivo que permite imponer
el criterio. Se instala la lucha por el poder y la herencia con
los más jovenes.

Decía Séneca "nulli ad aliena
respiciente sua placent"
(quien mira demasiado las cosos
ajenas no goza de las propias). Esto viene al caso porque nuevos
rasgos positivos suelen hacerse presentes en ésta
época; mayor capacidad de introspección, serenidad
y profundidad en el pensamiento, cierto desapego de los objetos
materiales
(otras veces su inversa como es la avaricia), mayor
valorización de los afectos, búsqueda y reencuentro
de antiguos vínculos, sentimientos religiosos y de
solidaridad.

-Sentimiento de sí y de inferioridad. El
sentimiento de inferio-ridad es la inversa del sentimiento de si;
como respuesta a la inermidad yoica que produce la herida
narcisista, Freud, (1917e). Deviene de la captación de la
pérdida de recursos internos y el fracaso de las conductas
sobrecompensatorias para desmentir la caída de tales
recursos, (como por ejemplo la sobrecarga laboral, deportiva,
status, recompensas, honores). Estas son un intento de restituir
imaginariamente, una imagen de si identificada con el ideal para
salvaguardar la autoestima. El
ideal del yo, promueve en el yo sentimientos displacenteros (de
inferioridad), en cuanto que está ubicado como negativo
del yo ideal. No hay posibilidades intermedias. Para ello es
necesario un funcionamiento esquizoide (lógica de las
posiciones y la parte por el todo). La misma crea un estado de
tensión narcisista, que opera como señal ante el
peligro de colapso.

La búsqueda de recursos externos al sujeto, para
sostener una imagen inferior dominante, sustituye lo que debe
generarse internamente. En consecuencia la posición es de
un equilibrio
precario y de dependencia extrema. Este es el momento en que,
ambición mediante y para neutralizar el sentimiento de
inermidad, pueden cambiarse las metas por otras con las
alternativas siguientes: l) abandono de una meta genuina previa
por una genuina actual; 2) abandono de una meta genuina previa
por una no genuina actual; 3) abandono de una meta no genuina
previa por una no genuina actual; 4) abandono de una meta no
genuina previa por una genuina; 5) formas mixtas. Pueden
despertarse también capacidades postergadas y esta
posibilidad plantear la alternativa entre lo que es y no es
genuino. Al perder la pulsión genital su hegemonía,
las pulsiones parciales recobran autonomía, que al ser
tramitadas devienen en ideales que motorizan las disposiciones
postergadas.

Puede ser que no haya replanteo, o que el mismo quede
solo como tal. La autoestima se mantiene en proporciones variadas
desde el interior o desde el mundo. Pero el entusiasmo, proviene
solo de lo interno y de cuanto hay de creativo o de
identificatorio en el acto de trabajar. En el extremo
patológico, surgen las a-dicciones como estimulantes
engañosos y los tratamientos para "rejuvenecer". "[…]
Cuando acaba de renunciar a todo lo perdido […] nuestra libido
queda de nuevo libre para si, todavía somos jóvenes
y capaces de vida, sustituimos los objetos perdidos por otros
nuevos […]". Freud, (1916a), p. 311, a los 60
años.

Jóvenes, se refiere Freud a la actividad mental
creativa.

Esta deviene de la serenidad y la capacidad para ver la
belleza presente y futura; y que necesita ser constantemente
reconquistada en la incesante lucha por la vida.

-El problema del poder. La voluntad de poder, es
un patrimonio
yoico, y la manera más decantada de la tramitación
de la pulsión de destrucción y ésta de la
pulsión de muerte, Freud, (1924c). El estudio del poder
requiere de algunas consideraciones acerca del trabajo. Freud
(1912a), sostiene que ninguna otra técnica de
conducción de la vida liga al individuo finalmente a la
realidad como la insistencia en el trabajo. Permite que las
aspiraciones homosexuales, sean conducidas a nuevas aplicaciones
con sectores de las pulsiones yoicas para constituir las
pulsiones sociales, y gestan así la contribución
del erotismo a la amistad, la
camaradería, el sentido comunitario y el amor universal
por la humanidad, Freud, (1930a). El trabajo, como forma de
ligadura de la pulsión homosexual evita que la violencia
fraterna culmine en asesinato o en práctica homosexual.
¿Qué sucede cuando el contexto social va impidiendo
la tramitación de la violencia mediante la
inserción laboral?, ¿qué sucede, cuando la
transfor-mación en la voluntad de poder se pierde, y deja
de ocupar un lugar que tenía una investidura narcisista
muy alta? La respuesta requiere reflexionar acerca del doble
valor que puede reconocer el trabajo.

a) El trabajo ligado a una forma genuina de
tramitación pulsio-nal
. Aunque claudique la
inserción laboral, el trabajo continúa toda la vida
con alternativas de salida creativas. Puede perderse la
posición relacionada con el poder sobre otro, con todo lo
que éste plano implica como forma de tramitación de
la propia hostilidad, pero conservando el poder interior.
Este poder interior es un derivado del trabajo psíquico y
de una armonía pulsional. Provee un estado de bienestar.
El ejercicio del poder "sano", tiene que ver con el ejercicio del
poder sobre uno mismo, ligado a la fusión
pulsional, opuesto al estancamiento, que es repetición y
muerte. Y sobre todo vinculado al placer de rescatar capacidades
no desarrolladas, o que preexistiendo adquieren nuevas formas. El
procesamiento pulsional, puede alcanzar en ocasiones su
tramitación genuina en los hobbies, acordes con la
legalidad de
cada quien. Otro aspecto vinculado al poder sobre uno mismo, se
relaciona con el retorno a una lógica más
elemental.

De una posición arrogante e ilusoria, que supone
el cuerpo como una unidad cerrada sobre sí mismo y
autoabastecida, puede sustituirse por otra más primitiva
en que cada cuerpo, vinculado a otro, forma parte de una
totalidad. Freud, (1920g), supone el cuerpo constituido por
células
que para sobrevivir y reproducirse, requieren unirse con otras
diferentes. Podemos pensar que en los vínculos entre las
personas, tiene vigencia la necesidad de neutralización
recíproca de los excesos, la protección mutua, el
cuidado contra los intrusos. Todo ello, asegura la
cohesión libidinal, pero requiere del poder sobre uno
mismo. Implica renunciar al narcisismo omnipotente, reconociendo
necesidades y limitaciones; las propias y las ajenas. Se instalan
nuevos vínculos de trabajo y nuevas relaciones
intergeneracionales.

b) El trabajo ligado a un sentimiento de injusticia y
vinculado al ejercicio de un poder despótico.
Mientras
la inserción laboral se mantiene, la ligadura
psíquica se expresa bajo la forma de protesta permanente,
anhelando un paraíso no laborable. Se trabaja por
coerción, como obligación de conectarse con el
mundo. Coartado el trabajo, la voluntad de poder deviene en un
camino inverso. Puede conservarse en la pulsión de
apoderamiento o hacer una degradación mayor hacia el
proceso orgánico. La violencia no descargada vuelve sobre
sí.

Cuando el trabajo no puede usarse como poder sobre otro,
porque es coartado por el medio o por el odio al trabajo; la
imposibi-lidad de ligar la pulsión deviene en
degradación y retorno al sadomasoquismo
intrasomático, y determinante capital en el
envejecimiento, Freud, (1924c). Cuando el sadomasoquismo es
intracorporal, surgen los diferentes caminos del enfermar,
originados en la menor ligadura posible de la pulsión de
muerte. Esta ligadura implica un desprendimiento cada vez mayor
del cuerpo, para dirigirse a productos cada vez más
sublimados y transformarse en la voluntad de poder, como
expresión más benévola. Cuando falta la
ligadura, estamos en la antesala del desencadenamiento
psicosomático. Una depresión
convencional preexistente, puede adquirir un carácter
orgánico, porque ligada a la claudicación de una
fuente pulsional, conduce a la ruptura de un equilibrio
químico.

La mayor o menor capacidad para el procesamiento de la
pulsión, se vincula con los distintos elementos que
participan en el envejecer personal (filogenia, familia, herencia
y factores individuales). Dentro de los factores individuales
interesa la forma de tramitar los traumas. Freud, (1892),
(1916-17 [1915-17]).

-Generación intrapsíquica de un espacio
para el nieto.

La observación clínica de pacientes en la
época del envejecimiento demuestra con llamativa
frecuencia, la aparición de un espacio mental en el cual
se desarrolla la fantasía de tener un nieto.

Va cobrando fuerza hasta convertirse en un deseo, a
veces im-perativo. Dentro de los esquemas congénitos
adquiridos por vía filogenética, que conforman el
núcleo del inconciente, ¿podríamos incluir
un esquema hereditario referido a un vínculo del abuelo
con su nieto? Un esquema que puede encontrar su plasmación
en la exterioridad, pero aunque así no fuere, se genera
intrapsíquicamente y por proyección busca apoyatura
en un objeto contingente. Dice Freud, (1918b), que el factor
hereditario es admisible, cuando el psicoanálisis, obedeciendo al correcto
itinerario de instancias, cae sobre la pista de lo heredado tras
irrumpir por el estrato de lo adquirido individualmente.
Comenzando como espacio psíquico para fantasear con el
nieto, se manifiesta luego con mayor vitalidad, y necesita de un
objeto en la realidad para satisfacerse. O bien puede
transmudarse en creatividad o sublima-ción, acorde a la
disposición de cada cual. Surgen los nietos intelectuales,
(políticos, artísticos, científicos). Asi
como al nacer aparece una pulsión de dormir, Freud,
(1904b), con el comienzo de la noción de finitud
aparecería el deseo del nieto. El advenimiento de una
nueva cosmovisión en la presenesencia incluye la necesidad
religiosa, el sentimiento oceánico, y la necesidad del
nieto. Este se incluye en una representación grupo
más compleja y abarcativa, que exige el desarrollo de
ciertas funciones intrapsíquicas, que se refieren a un
operador que conduce al yo de un tipo de configuración
más simple a otra más elaborada. Este es el papel
de los iniciadores.

Freud mencionó fragmentariamente el concepto de
iniciador (1905e, 1908e, 1910c, 1918a, 1928b). Existen
iniciadores laborales, del lenguaje
comprensivo, de la sensualidad (masturbación, secretos del
sexo o la
actividad erótica), iniciadores de la actividad sexual,
intelectuales. El vínculo con el nieto se presenta primero
como relación intrapsíquica del yo con las
representaciones, y sólo luego con personas del medio. En
nuestro caso, puede expresarse como la simpatía o la
"adopción"
de nietos sustitutos, o el desplazamiento a derivados como por
ejemplo los sobrinos,(reales o protésicos), o los nietos
de amigos.

Se trata de representaciones preconscientes, que tienen
el valor de una transacción entre los deseos
edípicos revertidos, del narcisismo y de la
conservación de la especie constitutiva de Eros. Luego,
por proyección, busca plasmarse en el mundo. Otros
niños
ajenos, pueden operar como una suerte de "iniciadores" que nos
encaminan hacia el nieto propio. Este iniciador al nieto, ofrece
una transacción entre la necesidad y la frustración
de la realidad. Los remanentes de libido genital despertada tan
frecuentemente en la cincuentena, Freud, (1910c), invisten la
representación del objeto, para luego buscarlos en la
exterioridad.

-Generación intrapsíquica de un espacio
para la muerte.

Sigmund Freud tenía preocupación por la
muerte en la epoca de su envejecimineto, tal como se desprende de
los trabajos siguientes. Cuando desarrolló el tema de "El
motivo de la elección del cofrecillo", (1913f), trabajo
donde despliega la temática de el Rey Lear, tenía
entonces 57 años. Le preocupaba el tema del poder y la
herencia. Al respecto, sugiere el Dr. Horacio Etchegoyen que
éste trabajo era contemporáneo a las decisiones de
Freud acerca de la creación de la asociación
psicoanalítica internacional, pero que que tenía
sus incertidumbres acerca del legado. Sus dudas estarían
dichas en las palabras de Lear. Dice Freud "[…] La
creación de las Moiras es el resultado de la
intelección que advierte al ser humano que también
él es parte de la naturaleza, y por eso está
sometido a la inexorable muerte […] el hombre viejo en vano se
afana por el amor de la mujer […] solo la […] callada diosa
de la muerte, lo acogerá en sus brazos […]",
p.317.

Schur (op.cit.), opina que en yddisch, idioma que Freud
conocía, moira, (mejor dicho "moire"), significa temor y
no destino. Se insinúa el miedo, "moire", a la
muerte.

En 1914, en carta a Abraham del 25 de Agosto dice "[…]
¿Qué son las esperanzas, qué son los
proyectos, hechos por el hombre débil y perecedero
[…]", Schur, (op.cit. T. II, p.436). (my italics). Con la cita
de Braut von Messina de Shiller se le hace evidente la
finitud de la vida.

En su trabajo "De guerra y
muerte temas de actualidad", (1915b), termina el ensayo y
dice "[…] Si vis vitam para mortem: si quieres soportar
la vida, prepárate para la muerte […]", p. 301,
refrendando lo que ya se viene configurando de años
atrás. (my italics).

En 1927, cuando Freud tenía 71 años,
reflexiona sobre un recuerdo ya lejano, en 1904, cuando se
preparaba para ingresar a la cincuentena. Evoca que "siendo ya un
hombre maduro" visitó por primera vez la colina de la
Acrópolis en Atenas, y el embeleso se le mezcló con
un sentimiento de asombro y de incredulidad ante lo que
veía, como un intento de desautorizar la realidad. Freud
analiza la denegación por culpa ante el padre, y concluye:
"[…] parece como si lo escencial en el éxito
fuera haber llegado más lejos que el padre […]". Cuando
en 1936, ya anciano, en la carta abierta que le escribe a R.
Rolland, (1936a), en ocasión del septuagésimo
aniversario de éste, introdujo una prevención
acerca de su propia edad y le dice "[…] soy diez años
mayor que Ud., mi producción languidece. Lo que en
definitiva le ofrezco es el don de alguien empobrecido que 'ha
visto antaño días mejores' […]". Los años
mejores se refiere al recuerdo en la Acrópolis (esos
restos empobrecidos de la 'gloria de los Antiguos', que remiten
al padre). La dicha, quedó empañada por una
'moción de piedad', y agrega en la carta "[…] Y ahora ya
no le asombrará a Ud., que el recuerdo de la vivencia de
la Acrópolis me frecuentara desde que, anciano yo mismo,
me he vuelto menesteroso de indulgencia y ya no puedo viajar
[…]". Freud en la cincuentena, tiene una "moción de
piedad", expresión de su identificación con el
padre, y al ver las ruinas, deniega la realidad y la dicha.
Entonces el interrogante "¿Todo esto existe
efectivamente tal como lo aprendimos en la escuela?"

puede ser una pregunta proyectada al futuro que podría ser
así: ¿Efectiva-mente nos volvemos viejos, en
ruinas?. Esta pregunta es respondida 30 años más
tarde; al decirle a Rolland, "[…] anciano yo mismo me he
vuelto menesteroso de indulgencia
[…]". p. 214-21, (my
italics). En 1904 no quería ver las ruinas a las que
está condenado el hombre, y la desdicha que eso produjo en
su ánimo, pero ya se estaba configurando en su mente y
proyectado como construcción exterior; el espacio sobre el
cual se interrogaba. El espacio de la muerte.

En el manuscito de "La escisión del yo…",
(1940e [1938]), que fué terminado el 2 de Enero, y
preguntándose sobre el costo de la
desmentida recurrió a un dicho "[…] como se sabe solo la
muerte es gratis […]", p.275, referencia al territorio final de
la vida individual.

El 22 de Agosto de 1938, en "Conclusiones ideas y
problemas",
(1941f [1938]) dice; "[…] Mística, la oscura
percepción de sí del reino que está fuera
del yo, del ello […]", p.302.

El 16 de Noviembre de 1938, escribió "Antisemitismo
en Inglaterra",
(1938c), y cita un dicho en francés; "El ruido es para
el fatuo/la queja es para el tonto/el hombre honesto
engañado/se va sin decir palabra.", p. 303. Referencia a
las posibles alternativas de despedirse de la vida; engreimiento,
rezongo, honesto silencio. Se inicia el contacto del yo con su
núcleo en el ello, el acceso al componente letal, a la
pulsión de muerte. De igual manera que en la
mística, se progresa en el encuentro con esa nada. Freud
afirma que en el origen, el yo aún no se halla separado
del ello, (1923b), y en ese momento el yo solo tiene conciencia
del ello. El mundo de las percepciones aún no está
investido y no se han constituído las huellas
mnémicas. Para que el yo, tenga conciencia del ello,
necesita de un contexto empático para que la magnitud
pulsional no resulte aniquilante para lo
anímico.

Se inicia una posición, en la cual en lugar de
privilegiarse lo del mundo, se exalta el enlace con los procesos
pulsionales, con el núcleo de lo vital. Los
vínculos con el mundo se tramitan según el
sentimiento oceánico Freud, (1930a), con un sentir que
alude a "ser-uno-con-el-todo", parecido a una fase temprana del
sentimiento yoico, intentando la recuperación del
narcisismo sin límites. La unión con el ello es
proyectada en el exterior.

Se genera una exterioridad temporo espacial por
proyección, un espacio anímicamente habitable,
nuevo, pero que siempre estuvo, que va preparando el camino hacia
momento final de la vida.

Al abrigo de un superyo amparador, heredero de los
primeros vínculos, se va transformando el territorio ajeno
en familiar. Este camino se acerca asombrosamente a los
comienzos.

La capacidad para reconocer la finitud de la existencia,
y aceptando la pena que este decubrimiento produce, es
quizá, el logro psicológico más
grande.

Cuando se alcanza la certeza de la muerte, el
sentimiento oceánico inicial, que se experimenta de manera
pasiva y transitoria, se trasmuda en un sentimiento
cósmico, Kohut, (op.cit).

Este es perdurable, creativo y resultado de una
actividad del yo.

Finalmente, y solo a veces, se atisba el camino de la
sabiduría.

Esta implica la aceptación de los límites
de las capacidades físicas, intelectuales y emocionales,
en una síntesis. Una amalgama de adquisiciones cognitivas,
con el enriquecimiento que acompaña a la renuncia de los
ideales narcisistas, apoyado en la firme convicción de un
sistema de ideales. Es el momento en que se puede vislumbrar el
resultado victorioso de la
personalidad total, durante la vida.

Viñeta clínica.

La carta de Mario.

Mario, un antiguo paciente que en la actualidad tiene
sesenta años y que se había analizado conmigo,me
escribió una carta. La carta decía
así:

Querido Domingo.

Resulta difícil guardar la calidad de hombre
ante un psicoanalista. Prefiero el de amigo y contarte las cosas
que me están pasando en éste momento de mi vida.
Por vez primera mi cuerpo, amigo de toda la vida, da señales
de que en algún momento dejará se servirme como lo
hacía. Y tengo sesenta años. No estoy tan flojo
como para entregarme al miedo, pero comienzo a pensar que
llegué a una edad en que se vislumbra la derrota
anunciada, aunque no sé si aceptada. Siento que se avisora
ese fin hacia el cual todos avanzamos, sin tregua.

El juego
misterioso del amor que va de un cuerpo a otro cuerpo, las
nociones de tibieza e intimidad, agonía, jadeo y grito se
van trasmudando dificultosamente en recuerdos y
palabras.

El ardor languidece. Vivo incrustado en mi cuerpo con el
recuerdo embotado de los goces que, con menor frecuencia que
antes reaparecen. De muchas delicias que paulatinamente me
abandonan, el sueño es una de las más valiosas.
Aquel sueño perfecto de dos cuerpos que sigue al amor, la
inmersión inevitable y ansiada, los ritmos y los alientos
van sufriendo de una extraña interdicción. Los
fulminantes sueños adolescentes,
vestido, sumido en una experiencia pletórica, voluptuosa,
plena y sin tiempo… hoy se expresan como un breve sopor
equivalente.

El tiempo que necesito se manifiesta por unidades
más pequeñas. El insomnio se obstina y resiste a mi
inteligencia.
En la oscuridad, pienso, y no puedo confiar en el fluir de las
cosas. No quiero abdicar. Temo dejar de ser. Los pensamientos
traen paisajes de mi vida, diversos y amontonados. Muchos caminos
me llevan a ninguna parte, diversidad y desorden, materiales
diversos, cultura, instinto, vicios, virtudes, presagios,
fatalidades, delirios ocultos, historias de encuentros y
desencuentros, el nacimiento de mis hijos, mis nietos,
servidumbres inútiles, desgracias innecesarias, amantes
que me hicieron sufrir y gozar, alegrías efímeras,
los viajes con la
ruptura de los hábitos y los prejuicios, enfermedades, amores no
correspondidos, amistades vendidas, las desdichas causadas por la
simple naturaleza de las cosas, dolores, violencias, venganzas y
muerte, magia, fuentes, deseos, proyectos, fantasmas;
acontecimientos para mi extraordinarios que son en verdad parte
de la vida misma; vida única e intransferible, acaso
trivial. Buscando un interlocutor para transformar lo no decible
en decible, encuentro la máquina de escribir como
vínculo sin destino, en la noche silenciosa.

Recuerdo a mi papá, Francisco Germán. Vino
al país en la década del veinte, casado y con un
hijo, mi hermano mayor. Era un hombre abrumado por las
preocupaciones de cosas que nunca sucedieron. Obrero, trabajador,
agobiado por las ambiciones de riqueza no satisfechas, se iba
eclipsando; solo las canciones entonadas en soledad, le brindaban
algún remanso de alegría. Su vida se agotó
en el cotidiano esfuerzo sostenido por la ilusión de que
yo fuera un profesional exitoso. Solo deseaba vivir para asistir
a mis éxitos, pero sucumbió a los cincuenta y ocho
años cuando yo tenía veintiuno. Hoy creo que si
hubiera asistido a mis logros, no se habría deslumbrado
para nada. Su orgullo y esperanza eran tan grandes que
dificilmente yo podría agregarle nada.

Recién ahora, que tengo mis hijos, creo entender
lo que el pudo haber sentido.

No puedo hablar de todo esto en casa, ni del dolor
precordial que tuve en estos días. No los quiero
preocupar, o tal vez, como me decías vos, querido amigo,
es un intento de reducir todo a un dolor puntual y tansitorio
cuando en realidad es una temática. Entonces no tengo
más remedio que llevarlo en soledad, los oca-sionales
interlocutores externos no son válidos, son más
jóvenes, saben, pero no vivencian.

Alguna vez vos me decías que cuando no puedo
decir de mis angustias de muerte, ésta, a falta de
vestiduras o de palabras, se muestra como
angustia, mutismo, buscando un interlocutor durante el
insomnio.

Por momentos abandonado a la muerte me escapo de ella
huyendo a la máquina de escribir como interlocutor. Pero
ésta me da una respuesta inerte, muda, que contiene a la
muerte.

No obstante siento que tansformar estas vivencias en
texto, en literatura postmortem puede
ser un forma de modificar la relación con las
parcas.

Mi madre pasó el resto de su vida hasta lo
noventa y tantos años en consagrada viudez. En las
escuelas los maestros, encerrados en los límites
estrechantes de sus escasos saberes, ejercían sus
despotismos. Llegué a querer entrañablemente a
algunos que me permitieron penetrar en el misterio de los textos.
En el más allá de lo manifiesto. En la adolescencia y
la juventud
temprana me apasioné por el estudio infatuandome de
conocimientos pero amando muy poco. Tenía la
convicción de que era Dios.

La adoración que a escondidas mi padre me
tenía, así lo demostraba. En ningún momento
llegué a pensar en esas señales el precipicio de mi
locura o prepotencia. Por el contrario eran la exigencia para
redoblar el esfuerzo humano y acercarme a una realización
en consonancia con el modelo supremo.

Algunos pocos años después la muerte de mi
papá se encargó de apagar tantos brillos ilusorios
y me arrojó, solitario, a la inmensidad del mundo, a los
límites, a las malas noticias, a
mirar por primera vez a la vida cara a cara tal cual es. Las
fechas se confunden y mi memoria compone un todo. Recientemente
falleció mi hermano mayor de la misma dolencia que
papá. No pudo morir a su manera y siguió los
caminos de nuestro viejo. Espero encontrar un camino diferente
para mí.

Hoy, mi apreciado Domingo, pienso en mi sucesor y deseo
no llegar a una vejez con esa sequedad ausente de todo deseo.
Cuando me siento optimista estoy convencido de que pasó la
época de la prisa y estoy en la época del tiempo y
la cosecha. Siempre supuse que la falta de descendencia eran
intentos vanos de conquistar la muerte. ¿Serán en
verdad mis hijos el seguro de la
inmortalidad, o solo queda un hueco vacío lleno de
nada?

El menor, Luciano, terminó de cursar
recientemente el colegio secundario, y en esos días me
sucedió algo que te quiero contar. El día en que se
hizo la fiesta de fin de curso tuve que hacer unas diligencias
por los alrededores de la capital y tarde casi tres horas en
regresar a casa cuando normalmente nos son más que
cincuenta minutos de auto. Manejé casi obnubilado y a
pesar mío, sin saber como, aparecía compulsivamente
en varios cementerios de los alrededores. Por la noche, en el
colegio, en el acto de despedida, le saqué un rollo entero
de fotos y a la
mañana siguiente, medio dormido descargo la máquina
y velé involuntariamente los negativos. En el mismo
día que el da marcas de irse, el dolor y la rabia por la
pérdida y la conciencia de que empuja mi fin me llevan a
velarme y pasar por los cementerios. ¿Como produje este
destino para mi y mis hijos?, ¿como tengo la esposa que
tengo? Ahora que ellos se van, me queda el vivir con quién
elegí hace treinta años. Mi mujer Eva se hizo la
cirugía estética para conjurar el peso del tiempo,
y no le puedo mirar a los ojos. Es como que todos los
años, los de ella y los míos, me miraran desde
afuera convocados por la disarmonía estética de su
cara. El dolor por la muerte propia y de los míos, se va
paliando con el consuelo de Luciano y el nacimiento del nieto que
me anuncia Miguel.

¿Que significa morir?. Para mí es que
nadie se acuerde nunca más de mi. Luciano y este anuncio
del nieto son como injertos revitalizantes. Mi familia, los
chicos, los nietos creo que son, en definitiva el mejor resguardo
para la vejez.

Con ellos tengo la certeza que me han de velar, y
enterrar y acordar de mí. Alguien dirá una
oración por mi.

Y eso es como seguir viviendo.

Hay una suerte de reconciliación.

Un fuerte abrazo.

Mario

Bibliografía.

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dormir y el despertar". Rev. de Psicoanálisis. Ed.
APA. Bs. As. 1951. T Vlll. N 2.

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Bs.As. 1963. T.XX. N 2. p. 130.

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Seuil. Paris. 1983. p.167.

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Gazette Médicale de France. 1960, nro. 67. 2.
p.227.

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Internationaux du C.N.R.S., París 10. 16 Avril 1960.
p.78

Freud,S.Las Obras Completas de Sigmund Freud son
de Amorrortu Editores, A.E., de 24
vólumenes,

Edición
1990, Bs.As.

(1887) Manuscrito G. Melacolía. A.E. vol.
1.

(1892)Extracto de las notas de Freud a su
traducción a Charcot.A.E.vol. 1.

(1895) Proyecto de una psicología para para
neurólogos.A.E.vol. 1.

(1895b) "Sobre la justificación de separar de la
neurastenia un determinado síndrome en calidad

de neurosis de angustia" A.E, vol. 3.

(1895c [1894]) {"Obsesiones y fobias"} A.E. Vol.
3

(1897) Mauscrito M.A.E. vol.1

(1900 [1899]) La interpretación de los sueños, en
A.E., vol. 4-5.

(1901b){Psicopatología de la vida
cotidiana
}A.E. 6

(1904b) El misterio del dormir, en A.E., vol.
7.

1905a [1904]) {"Sobre psicoterapia"}, A.E., vol.
7 (1905d) Tres ensayos de
teoría sexual
, en

A.E.,vol.7.

(1905e [1901]) {"Fragmento de análisis de un caso de histeria"}
A.E. vol. 7.

(1908e) "El creador literario y el fantaseo",en
A.E., vol.9.

(1910c) {Un recuerdo infantil de leonardo da
Vinci
} A.E. vol.11.

(1911c [1910]) "Puntualizaciones psicoanalíticas
sobre un caso de paranoia (Dementia paranoides)

descrito autobiográficamente", en A.E.,
vol. 12.

(1912a [1911]) {"Apéndice al caso de paranoia
(Dementia paranoides) descrito

autobiográficamente"} A.E. vol. 12
.

(1913f) {"El motivo de la eleccióndel
cofre"}.A.E. vol. 12.

(1914c) {"Introducción del narcisismo"} A.E.
vol. 14.

1915b) De guerra y muerte. temas de actualidad.,
A.E. vol. 14.

(1915c) {Pulsiones y destinos de pulsión}
A.E. vol. 14.

(1915f) {"Un caso de paranoia que contradice la
teoría psicoanalítica"}. A.E.. vol.
14.

(1916a) "La transitoriedad" A.E.
vol.21.

(1916-17 [1915-17]) Conferencias de
introducción Al psicoanálisis
, en A.E.,
vols. 15-16.

(1917e) {"Duelo y melancolía}" A.E. vol.
14.

(1918a [1917]) {"El tabú de la virginidad"}
A.E. vol. 17.

(1918b [1914]) {"De la historia de una neurosis
infantil"}. A.E.. vol. 17.

(1920g)Más allá del principio del
placer
,enA.E., vol. 18.

(1921c) Psicología de las masas y
análisis del yo
, en A.E., vol. 18.

(1923b) El yo y el ello, en A.E., vol.
19.

(1924c) "El problema económico del masoquismo"
A.E. vol. 19.

(1925a). "Nota sobre la pizarra mágica" en
A.E. 19

(1925h) "La negación" A.E. vol.
19.

(1926d). {Inhibición síntoma y
angustia
} A.E. vol.20.

(1928b) "Dostojevsky y el parricidio". en A.E.
vol.21.

(1930a [1929]) El malestar en la cultura, en
A.E., vol. 21.

(1933a [1932]) {"Nuevas conferencias de
introducción al psicoanálisis"
. vol.
22.

(1936a) "Carta a Romain Rolland (Una perturbación
del recuerdo en la Acrópolis)", en A.E., vol.
22.

(1937c) "Analisis terminable e interminable", en
A.E. vol.23.

(1938a) "Comentario sobre el antisemitismo en
A.E. vbl.23.

(1938c) Carta (en inglés)
a la directora de Time and Tide 26 de noviembre . p.1649.
A.E. vol. 23.

(1940a [1938]) Esquema del psicoanálisis,
en A.E., vol. 23.

(1940e [1938]) {"La escisión del yo en el proceso
defensivo"} A.E. vol.23.

(1941f [1938]) "Conclusiones, ideas, problemas", en
aE., vol. 23. p.301

1950a [1887-1902] Los orígenes del
psicoanálisis A.E.
vol. 1.

Gagey, J. (1992). ¿Razonar
psicoanalíticamente el envejecer?.

en "La cuestión del envejecimiento". Biblioteca
Nueva.Madrid.

Kohut, H. "Formas y transformaciones del
narcisismo", Rev. de Psicoanálisis. 1969. T. XXVI,
nro. 2. Lohlé. Bs. As. 1980.

Péquignot, H. (1981) Viellir et
étre vieux
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Resnik, Salomón (1991). Espacio mental.
Siete lecciones en la Sorbona. Ed. Julian Yebnes, S.A. Madrid.
España.

Schur, M. Sigmund Freud. Enfermedad y muerte
en su vida y su obra
. Ed. Paidós. Buenos Aires.
1980.

Doctor José Cukier. Curriculum
Vitae.

CURSOS DE POSTGRADO Y DOCENCIA

-Medico Psiquiatra.

-Psicoanalista Titular en función didáctica de la Asociación
Psicoanalítica Argentina.

Profesor del
Instituto de Psicoanalisis de la Asociación
Psicoanalítica Argentina.

-Profesor del Centro Racker de la Asociacion
Psicoanalitica Argentina

-Profesor de cursos del interior de la Asociación
Psicoanalítica Argentina

-Profesor de los cursos de postgrado de la Sociedad
Argentina de Psicología Médica,
psicoanálisis y Medicina
Psicosomática de la Asociacion Medica Argentina

-Profesor de la Escuela de graduados de la
Asociacíon Médica Argentina.

-Presidente de la Sociedad Argentina de
Psicología Médica Psicoanalisis y Medicina
Psicosomática, de la Asociación Médica
Argentina.

-Consultor del Comité Honorario de Compendios
Argentinos 1991.

-Miembro Honorario de la Asociación Médica
Latinoamericana.

-Maestro de la Medicina Latinoamericana.
(Asociación Médica Argentina y
Latinoamericana).

TRABAJOS PUBLICADOS.

1- "Más sobre iatrogenia o el poder del
analista". En co-laboración con Beatriz Dorfman Lerner.
XlV Congreso interno de APA. Bs. As. 1984. T.2. p.269.

2- "El limite de la agresión y la agresión
del límite." En colaboración con Beatriz Dorfman
Lerner. XV Congreso interno de APA. Bs. As. 1985.
p.102.

3- "La educación y la
Institución escolar. Una forma de malestar de nuestra
cultura". XVl Congreso Interno de APA. 1986. p.169

4- "Perturbaciones en el desarrollo temprano. Su
abordaje desde la familia."
En colaboración con Blanca Montevecchio y Isabel Oliver.
Ponencia oficial de A.P.A. en el XVl Congreso Lati-noamericano
de Psicoanálisis.
Fepal. Mexico. 1987. Publicado en
las "Memorias del
XVl Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis y del Xl
precongreso didáctico". T.l. p.303. Mexico.
1988.

5- "El lugar del hijo en el drama familiar." En
colaboración con Blanca Montevecchio y Isabel Oliver. XVl
Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis. Fepal. México.
1987. Publicado en las "Memorias del XVl Congreso Latinoamericano
de Psicoanálisis y del Xl precongreso didáctico".
T. ll. p.175. Mexico. 1988.

6- "La didactogenia." XVl Congreso Interno y XXVl
Simposium de APA. El Psicoanálisis y la Sociedad
Contemporánea". T.l. p.95. 1987

7- "Una pareja compartida." En colaboración con
Beatriz Dorfman Lerner y Nelida Sakalik. Primer Congreso
Argentino de psicoanalisis de familia y pareja. T.2. p.491.
1987.

8- "Cambio psíquico". Delimitación
conceptual a partir de los textos freudianos. XVlll. Congreso
Interno. APA. p.104. 1989

9- "Patologia de la didactogenia". Publicado en la
Revista de
Psicoanálisis. T. XLVll. N. 1. 1990.

10- "Sigi". un estudio acerca de la
complejización de los ideales del profesor Sigmund Freud.
Revista de Picoanálisis T. XLVll. N. 5/6. 1990.

11- "Los estudiantes clónicos". Diario
Página 12.- 21.3.91. Año 4. N 1170. P. 18/21.
1991.

12- "Efectos de la patología narcisista en la
enseñanaza. Didactogenia. Nuevas reflexiones." – Obtuvo el
Premio Prof. Dr. Luis María Martinez Dalke del Congreso
Argentino del Colegio de Psiquiatras, 1989.-Aceptado por el
Congreso de IPAC 1991 realizado en Buenos Aires. Publicado en la
Revista de Psicoanálisis T. XLVlll. N. 1. 1991.- En
Actualidad Psicológica. 1989. A. XlV. N. 156. p. 13. 14.
15.- En el Congreso de Psicopedagogía. Fadip. 1991. CEP.
Primera Jornada de la Fundación para la asistencia,
docencia e
investigaciones psicopedagógicas. Abril
1991. p.46.- -En la revista "La Hamaca". Cuerpo, espacio
identidad.
Fundación CIDSE. p/27/35. 1992 – En las "Primeras Jornadas
Argentinas de Etica profesional en musicoterapia". 5.6.7 de
Novbre de 1992. Publicado en el "Libro Jornadas
Argentinas de Etica Profesional en musicoterapia", del Vll
Congreso Mundial de Musicoterapia, Victoria Gasteiz, Pais Vasco,
España del 19 al 23-7-1993. 13- "La angustia del acto
médico." en colab. con la Comisión Directiva de
Soc. Arg. de Psicoanálisis Psicología Médica
y Medicina Psicosomática. Compendio Médico
Argentino. COMAR. Bs. As. 1991

14- "Efectos de la enseñanaza en la
génesis y patología de los ideales de los
educandos." Premio Dr. José Bleger de APA. Revista de la
Universidad
Intercontinental de Mexico, RIPE, (Revista Intercontinental de
Psicología y Educación), Vol. 7.
No 1, 1994.

15- "La familia como generadora de procesos
tóxicos pulsionales". Publicado en la Revista Argentina de
Medicina psicosomática. A. XXlX. N. 56. 1991. p.
7.9.-Revista de Psicoanálisis de niños
"Transiciones". N. 3. Lima. Perú. 1993.

16- "A 500 años del encuentro de dos mundos. La
acción didactopatogénica de la conquista de
America." Presentado en el Congreso Argentino e Iberoamericano de
Psiquiatría de APSA 1992, obtuvo el Segundo premio y
Mención de honor. Publicado en la Revista de
Psicoanálisis de Madrid. Asociación
Psicoanalítica de Madrid. N 16. Noviembre de
1992.

17- "Procesos tóxicos del cuerpo social". XlX.
Congreso Latino-americano de Psicoanálisis. Fepal.
Montevideo. p.401. 1992.

18- "La Espacialidad psíquica". (Su
metapsicología). XlX Congreso Latinoamericano de
Psicoanálisis. Fepal. P. 405. Montevideo. 1992 19- "El
pensar del analista en la tarea cincuenta años
después. "La criba secundaria". p. 55. XXl. Congreso
Interno de APA. 1992.

20- "A Quinientos años del encuentro de dos
mundos." Simposium sobre mitos
Latinoamericanos. Su interpretación psicoanalítica.
p. 36. APA. Oct. 1992.

21- "Reflexiones acerca de la relación
médico paciente". Diario "Consultor de la Salud". 21 de
Mayo de 1993. Año lll. N 66.

22- "Reflexiones acerca de la relación
médico paciente. Revista de Laboratorio
ELEA. "Rehabilitación". Junio de 1993.

23- "La degradación de los liderazgos y su
influencia en la génesis de la patología
psicosomática." De la Escucha a la interpretación
en el Peru de hoy.
Presentado en el lll Congreso Psicoanalítico Peruano,
Octubre de 1992. Publicado en el N 16 de la Revista Peruana de
Psicoanálisis, de la Biblioteca de la Sociedad Peruana de
Psicoanalisis. Universidad Nacional San
Agustín-Arequipa. p.177. Lima. 1993.

24- "Una escucha diferente ". Aceptado por el
Comité de selección
fué leído en el Congreso Internacional de
Amsterdam, 1993. Publicado en la Revista de la Sociedad
Colombiana de Psicoanálisis. N 2. Vol. 18. 1993. SCP-B
036. Santa Fe de Bogotá. Colombia. En la
Revista de Psicoanálisis de APA. T L. N 4. 1994. 25- "El
problema del tiempo en la tercera edad". Actualidad
Psicológica". Año XVlll N 201, 1993.

26- "Generación psíquica de un espacio
para la muerte". Revista de la Asociación Argentina de
Psicólogos Nº43, Septiembre/Octubre 1993.

27- "Temas gerontopsiquiátricos más
frecuentes en la práctica médica". Premio Rodolfo
A. Eyherabide 1993 de la Asociación Medica Argentina, al
mejor trabajo sobre Medicina interna.

28- "Según pasan los años". Premio
Argentino S. Liniado 1993 de la Asociación
Psicoanalítica Argentina. Primera Mención de Honor.
29- "Sesenta y pico. Temas de la tercera edad". Premio Argentino
S. Liniado 1993 de la Asociación Psicoanalítica
Argentina. Segunda Mención de Honor.

30- "La humanización del acto médico".
Diario Consultor de Salud

A. lV. N 90. 1994.

31- "La educación escolar como agente de cambio
psíquico". Relato oficial de A.P.A. para el
Congreso de FEPAL de 1994. Lima. Peru. Del 26 al 30 de
Octubre.

32-"La educación escolar. ¿Agente de
cambio psíquico o agente didactopatogenizante?." Por
invitación de la Editorial Vozes de Porto Alegre, Brasil. De
próxima aparición como un artículo del libro
cuyo título provisorio es "Psicanálise: Una
revolucao do olhar". Porto Alegre. 1994.

33-"Creatividad, sentimiento de sí, poder y
pasión en la tercera edad". Revista Sociedad Colombiana de
Psicoanálisis. Vol. 19. N 1. pp.1-93. Marzo de 1994. Issn.
0120-0445. Sta. Fe de Bogotá.

Colombia. SCP. B. 043/94.

PREMIOS.

-Diploma de Honor de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Buenos Aires.

-Premio "Luis Maria Martinez Dalke" en el Congreso
Nacional de la Asociación del Colegio de Psiquiatras,
1988, por el trabajo "Efectos de la Patología narcisista
en la enseñanza. Didactogenia. Nuevas
reflexiones".

-Premio "Dr Jose Bleger" de la Asoc.
Psicoanal.Argentina, 1990, por el trabajo "Efectos de la
enseñanza en la génesis y patología de los
ideales de lo educandos".

-Segundo premio y Mención de honor del Congreso
de APSA y Congreso Iberoamaericano 1992, por el trabajo
"Encuentro de dos mundos"

-Primer Premio "Dr.Rodolfo A. Eyherabide" 1993 de la
Asociación Médica Argentina al mejor trabajo sobre
un tema de medicina interna. "Temas gerontopsiquiátricos
más frecuentes en la práctica
médica".

-Primera Mención de Honor del Premio Argentino S.
Liniado de la Asociación Psicoanalítica Argentina,
1993 por el trabajo "Según pasan los
años"

-Segunda Mención de Honor del Premio Argentino S.
Liniado de la Asociación Psicoanalítica Argentina,
1993 por el trabajo "Sesenta y pico" (temas de la tercera
edad).

-Mención especial en el concurso acerca de la
humanización del acto médico "Dr. Carlos Reussi",
por el trabajo "La humanización del acto médico",
Abril de 1994.

-Primer Premio "Dr. Mario H. Rígoli" de la
Asociación Médica Argentina al mejor trabajo sobre
temas de Medicina Interna. "Relación entre el Climaterio
masculino y las causas de muerte aguda en la quinta década
de la vida. Una Perspecctiva Psicosomática". 1994.
Biblioteca A.M.A.

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